Por cosas como esta me animé a unirme al Circulo WK, porque me vería "obligada" a hacer ciertos postres que seguramente en otras circunstancias, permanecerían en el cajón de las recetas pendientes por los siglos de los siglos. Amén.
Whole Kitchen en su propuesta dulce del mes de junio nos invita a preparar un clásico de la repostería: La Pavlova.
Un postre denominado así en honor a la bailarina Anna Pavlova, cuyo principal protagonista es el merengue.
Tengo que confesar que tenía muy pocas esperanzas en este postre.
El merengue no es santo de nuestra devoción en casa. A mi ni me va ni me viene pero a mi marido no le gusta nada.
Y mi pequeño pinche no lo había probado todavía.
Lo llevé a casa de mis padres que son más golosos para que pudieran disfrutar de él, y por suerte para mí, cuando regresé por la tarde me habían dejado un trozo para que lo probara.
Y... aprobado más que notable.
Me sorprendió muy gratamente descubrir su interior tan ligero, con ese sabor tan suave y tan bien acompañado por la nata y la fruta.
El jurado se ha quedado encantado, no sé si porque realmente les encantó o porque yo se lo ofrecí sin mucho entusiasmo y fue mejor de lo que creían.
Muy mal por mi parte, desconfiar de un postre de tanto prestigio.
Moraleja, nunca infravalores un postre y menos con tan alta reputación...
Y una vez pedidas todas las disculpas necesarias, vamos allá con "mi versión" de LA PAVLOVA
Ingredientes (para 4 personas):
- 2 claras y media
- 85 grs de azúcar para el merengue + 2 cucharadas para la nata
- 1 pizca de cremor tártaro
- 1 cucharadita de maizena
- 1 cucharadita de vinagre blanco
- 200 ml de nata (mínimo 35% M.G)
- 1 quesito
- 200 grs de frutas del bosque
Como se hace:
Precalentamos el horno a 150º.
En un bol batimos las claras y cuando blanqueen añadimos el cremor tártaro.
Mezclamos los 85 grs de azúcar con la maizena y una vez que empiecen a montar las claras comenzamos añadir la mezcla de azúcar y maizena poco a poco.
Una vez que el merengue esté en punto francés (merengue básico) añadimos la cucharadita de vinagre y removemos con una espátula cuidadosamente.
Colocamos papel para hornear sobre una placa de horno y disponemos el merengue formando una especie de nido.
Introducimos en el horno a 150º durante 30 minutos y a 120º otros 30 minutos para que se seque el merengue exteriormente.
Una vez transcurra ese tiempo, apagamos el horno y dejamos el merengue dentro para que se vaya enfriando poco a poco.
Una vez frío sacamos del horno.
Montamos la nata con las 2 cucharadas de azúcar y el quesito y disponemos con cuidado sobre el merengue.
A continuación añadimos las frutas escogidas. En este caso, frutas del bosque.
Y después... solo queda disfrutar